Quizá piensen que nos hemos equivocado a la hora de redactar el título de este artículo pues no se acostumbra a asociar la palabra autoestima a un objeto, en este caso a la empresa, sino más bien a las personas. Pues bien, en Crearmas estamos convencidos de que para que una empresa prospere hay que tratarla como a una persona y por lo tanto, al igual que nosotros la empresa tiene que tener una buena autoestima.
La autoestima, como todos sabrán, es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima. Por lo tanto, afecta a nuestro comportamiento y a la manera en cómo nos relacionamos con los demás. Si tenemos una buena autoestima, somos felices, sonreímos y somos capaces de superar todas las adversidades pero si por el contrario tenemos una mala autoestima, somos infelices, no sonreímos y somos incapaces de enfrentarnos a los obstáculos que nos pone la vida. En los dos casos, nuestra autoestima es percibida por los demás y exactamente es lo que le ocurre a la empresa.
Las empresas también tienen que tener una buena autoestima para que sonrían y sepan superar todas las adversidades y los demás las perciban como un lugar agradable en el que trabajar, pues será un lugar en el que se sientan queridos y se valorará su trabajo. Si por el contrario sentimos que la empresa en la que trabajamos está oxidada, y parece que no se quiera, es decir, que tenga una autoestima baja, automáticamente tenemos que trabajar desde dentro para mejorar su autoestima. Y ¿Cómo mejorar la autoestima de la empresa? Pues igual que mejoramos la de las personas, trabajando desde dentro para que se sienta querida y alegre. Tenemos que imaginarnos nuestra empresa como una cara sin rostro y trabajar para que poco a poco se le vaya dibujando una sonrisa. Si los que trabajan en ella se preocupan por su estado de ánimo la empresa también se preocupará por el de sus trabajadores y será recíproco. De esta forma todo irá en coherencia y funcionará. Y des de fuera se percibirá como una empresa segura de sí misma y con mucho potencial.
Para que entiendan mejor de lo que les estamos hablando, les vamos a poner unos ejemplos claros de empresas con la autoestima alta o baja. Ikea, por ejemplo, es una empresa con la autoestima alta y un claro ejemplo es toda la gente que desea entrar a trabajar en ella. Hace una semana salió en las noticias que Ikea recibió 100.000 solicitudes de empleo para su nuevo centro en la localidad valenciana de Alfafar, el cual, tan sólo contaba con 400 nuevos puestos de trabajo. Este claro ejemplo, nos muestra la alta autoestima que tiene Ikea, pues las personas así lo perciben y quieren entrar a formar parte de ella. Otros ejemplos de empresas con la autoestima alta podrían ser Apple y Samsung, esta última aún más. Por el contrario, Viajes Marsans o Spanair son empresas con una mala autoestima y las personas las perciben con una cara enfadada.
En conclusión, tenemos que ver a las compañías como personas. Pues igual que a las personas, si nuestro entorno no nos respeta y no nos quiere nosotros tampoco lo respetaremos ni lo querremos y exactamente lo mismo les ocurre a las empresas. Si la empresa está sonriendo eso significa que es una empresa saludable y con proyección de éxito. Humanicemos la visión de nuestra empresa. Trabajemos para que desde fuera vean nuestra empresa con una sonrisa puse eso significará que nosotros también estaremos sonriendo.