En nuestros días, parece que se han olvidado los modales en la mesa, el planeta no tuvo escalas desde que sólo se podía sentar a cenar luciendo estricta etiqueta a personas en masa que comen paradas aguardando el autobús con la boca abierta.
Antes de que la televisión o el móvil se apoderaran de nuestro almuerzo o cena familiar, los modales eran muy importantes, tanto para adultos como para niños.
Absorbidos por un mundo virtual y tecnológico, en detrimento del real, nos estamos convirtiendo en una sociedad de nomofóbicos amparados en la ausencia de toda norma de conducta, en zombies que deambulan sin escucharse ni mirarse a los ojos gran parte del tiempo que se supone comparten en un mismo espacio.
Antes, por ejemplo se consideraba una falta de respeto llamar a una casa a la hora de comer. Pero ahora se llama al móvil a cualquier hora. El problema, es que ya no se come ni se cena en familia, algo grave, puesto que la familia es la primera instancia socializadora. La mesa es donde los niños aprenden modales, a compartir y respetar, se fijan en los mayores, cómo se tratan y hablan entre sí, es decir, es donde aprenden criterio. Si eso no se da, salen con un déficit tremendo.
A diferencia de la opinión popular, la mesa no es el simple sitio donde comes; se trata nada más y nada menos donde la mayoría de las relaciones sociales toman forma. ¿Has escuchado las palabras simposio o banquete? Hacen referencia a la antigua costumbre griega de tocar temas importantes, filosóficos y políticos acompañados de la comida. Por ello deberás procurar siempre que comas un uso excelente de los modales.
Comer en familia es mucho más que comer; es compartir. Compartir un espacio abierto al diálogo, aunque a veces sea conflictivo, pero que de todos modos permite la posibilidad de saber cómo funcionan los hijos en la escuela, en las actividades extraescolares y sus lazos sociales.
La primera pauta que se debe respetar en la mesa, es que los padres creen un clima adecuado. Y para eso, es fundamental que el televisor esté apagado y que el movil, el ipad, o la gameboy quede a un lado. No sólo los padres tienen que preguntarles a sus hijos cómo les fue en el colegio, sino que sus hijos pueden preguntarles cómo fue su día de trabajo. Hay que lograr una conversación, entender que una reunión alrededor de una mesa es un momento del día para compartir una experiencia. Poner la música correcta, servir una mesa elegante no sólo cuando tenemos invitados, preparar alimentos ricos. Es un mimo familiar.
Los tiempos actuales no ayudan a la costumbre de antaño de compartir las comidas. Pero si reflexionamos a fondo acerca de las múltiples ventajas y beneficios que nos producen es probable que nos estimule a lograr una mejor organización para poder hacerlo por lo menos los fines de semana y los días festivos.
Interesantes reflexiones. Cada vez tenemos mas problemas para encontrar ese momento de tranquilidad y de reunión familiar, por lo cual debemos dar la importancia que se merece a los encuentros familiares en torno a la mesa.