No descuidar la pirámide de Maslow

No descuidar la pirámide de Maslow

¿Alguna vez has probado a organizar las cosas que necesitas según la prioridad que éstas tienen para ti? Hace más de 70 años, un psicólogo estadounidense sugirió una organización, por escalafones, de todas nuestras necesidades. Esta organización se popularizó bajo el nombre de Pirámide de Maslow.

La pirámide de Maslow es una teoría psicológica que organiza  jerárquicamente las necesidades y motivaciones del ser humano. La pirámide está organizada en 5 niveles desde abajo hacia arriba. Primero se satisfacen las necesidades más básicas para luego ir cambiando a los siguientes tipos de necesidades.

¿Cómo funciona la pirámide?

En realidad la pirámide describe un orden de prioridades lógicas de tipos de necesidades. Primero cubrimos las necesidades más básicas, para poder después satisfacer otras necesidades más avanzadas en la jerarquía de la pirámide de Maslow.

Maslow clasifica las necesidades de las personas en 5 niveles:

  • Fisiológicas: Alimento, agua, temperatura adecuada, descanso, etc.
  • Seguridad: Un hogar, estabilidad en el puesto de trabajo, ausencia de dificultades económicas y acontecimientos imprevisto, estabilidad persona, etc.
  • Sociales: Necesidad de relacionarse, de quedar con amigos, de pertenecer a un grupo social, interacción, afecto, amor, etc.
  • Estima: Sentirse querido por los demás y por uno mismo (autoestima) y reconocimiento externo.
  • Autorrealización: Desarrollo del propio potencial para llegar a ser aquello que se es capaz de ser, superar obstáculos, alcanzar objetivos marcados, capacidad de superación.

La Pirámide de Maslow en las Empresas

En el ámbito empresarial se podría establecer un esquema similar que jerarquice las necesidades de pequeñas y medianas empresas. 5 niveles que las compañías deberán ir completando y satisfaciendo y en los que cada empresa debe encontrarse para buscar su último objetivo: la autorrealización que beneficie a trabajadores, propietarios, consumidores y, por qué no, al conjunto de la sociedad.

Por regla general, cuando una persona quiere trabajar, va a estar muy preocupada por recibir un salario. Pero no solo necesitará de su empresa una fuente de ingresos; la compañía debe proporcionar unas condiciones y un lugar para poder cumplir con el trabajo, como una oficina, o unas instalaciones para comer y/o descansar (necesidades fisiológicas).

Cuando estas primeras necesidades estén cubiertas, el trabajador se ocupará de asentarse y de disponer con su profesión de ciertos recursos fijos y de un ambiente laboral seguro y estable (seguridad). Por un lado, el empleado querrá acceder a una vida saludable; disponer, por ejemplo, de determinadas garantías en prevención de riesgos y seguridad laboral (acción preventiva, higiene, ergonomía…). Además, buscará y se mantendrá en su trabajo según la estabilidad financiera de la empresa, su consolidación en el sector y la confianza que transmita la gerencia hacia fuera – mercado – y hacia dentro -trabajadores-. El empleado, por tanto, orientará sus decisiones a encontrar desarrollos profesionales sólidos y que protejan sus intereses.

Una vez alcanzadas estos niveles básicos, el empleado va a querer satisfacer sus necesidades de afiliación. Las relaciones interpersonales en el trabajo son necesarias y efectivas. Si la empresa potencia la cooperación entre trabajadores, aumentará el rendimiento y generará un buen clima laboral. La comunicación a la hora de gestionar los planes de la empresa es importante; los empleados deben sentirse tenidos en cuenta para fomentar un sentimiento de pertenencia.

El empleado, posteriormente, desarrollará nuevas motivaciones y buscará ser exitoso en su trabajo, es decir: luchará por el reconocimiento de su labor. Si la empresa y sus compañeros reconocen el mérito de su trabajo, el trabajador aumentará su confianza. Tanto la imagen que tiene el resto como la que tiene él de sí mismo será positiva y reforzará su personalidad, llevándolo en una sola dirección posible: hacia el éxito.

En el último nivel a alcanzar, el de la autorrealización, el empleado querrá prosperar a nivel personal, y para ello debe ser un experto en lo que hace. Puede que necesite un trabajo difícil o un entorno menos supervisado en el que desarrollar su creatividad y gestionar los problemas a su manera. La empresa consciente de que el empleado puede promover y crear ideas para mejorar el negocio le proporcionará la situación adecuada, liberando el potencial del trabajador.

Es por esta razón que cada vez más organizaciones lo tienen claro: el trabajador optimista rinde más. Los empleados felices permanecen el doble de tiempo en sus tareas, tienen un 65% más de energía y su vinculación a la empresa es mayor, según un estudio del IOpener Institute de Oxford. Por eso aumentan las empresas que deciden medir su felicidad. Una tendencia incipiente –son una minoría todavía las compañías que invierten en ello-, pero que poco a poco va calando en la conciencia de las corporaciones.

Pero la mayoría de las empresas no están por la labor de generar un buen clima de trabajo. Tienes la creencia de que no está en sus manos, sino en la de los empleados y al hecho de que no son conscientes del impacto que tienen sus políticas, sus prácticas o sus estilos de dirección en el ambiente laboral.

Las consecuencias de la desmotivación en la empresa son muchas y diversas que dependerán de factores y circunstancias diferentes, pero es importante tener en cuenta que la desmotivación laboral es uno de los comportamientos más “tóxicos” para la salud de una empresa (junto con la mala comunicación).

La insatisfacción laboral tiene como consecuencia la pérdida de rendimiento de los trabajadores y descenso de la productividad de la empresa. La insatisfacción conduce a la desmotivación o falta de interés por el trabajo, lo cual puede llevar al empleado a la apatía, incumpliendo sus funciones habituales.

Por estos motivos las empresas deberían prestar atención a los principales paradigmas que Maslow expuso, y pensar en sus empleados como su principal activo, ofreciéndoles y facilitándoles las «escaleras» necesarias para poder ascender a los diferentes niveles de la pirámide de forma gradual.

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