El ocio ha sido siempre y lo seguirá siendo uno de los mejores pasatiempos de las personas. A lo largo del día o de la semana las personas tendemos a buscar pequeños o largos momentos para desconectar. Ese tiempo libre, comúnmente conocido como ocio, se dedica a actividades que no tengan que ver con el trabajo ni con las tareas domésticas. Según el sociólogo francés Joffre Dumazedier: «El ocio es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de manera completamente voluntaria tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares, y sociales, para descansar, para divertirse, para desarrollar su información o su formación desinteresada, o para participar voluntariamente en la vida social de su comunidad». Siempre ha habido muchos tipos de actividades recreativas para las personas y las seguirá habiendo. El ocio, igual que la sociedad, también va cambiando. Hoy en día, hay una nueva corriente de mercado donde el ocio está muy presente.
Los templos gastronómicos han sido los encargados de propulsar esta nueva corriente. Grandes espacios dedicados casi exclusivamente a la gastronomía. Son ejemplos de templos gastronómicos, el Mercado Victoria de Córdoba, el cual se ha convertido en el primer mercado gastronómico de Andalucía, el Mercado de San Miguel, un gran espacio culinario situado en la capital madrileña, el Mercado de la Princesa, abierto hace muy poco en la capital catalana, ofrece la primera experiencia showcooking de Barcelona.
En tierras más lejanas también existen estos templos gastronómicos, como por ejemplo el Chelsea Market de New York City o el Eataly también ubicado en la capital neoyorquina, dedicado exclusivamente a la cocina italiana. Con todo esto, vemos que ha nacido una nueva forma de entender la gastronomía porque la gastronomía como ocio está cambiando. Ahora lo que se lleva es poder degustar la comida en el propio local, que todo gire en torno a la gastronomía y a ofrecer la máxima calidad porque si no consumes buenos productos no disfrutas y por lo tanto no te lo pasas bien. A diferencia de los centros comerciales de toda la vida, en los que se ofrece una sección de restaurants, bares y cafeterías, en los templos gastronómicos se ofrece poder desayunar, comer, merendar o cenar bajo una forma más especializada y debajo del paraguas de mercado. Los templos gastronómicos, por lo tanto, tan solo abarcan la gastronomía.
Los templos gastronómicos responden perfectamente al reciente interés por la gastronomía y a una oferta vinculada a la calidad, frescura y temporalidad de los alimentos. En estos templos, el protagonista es el producto y pretenden que tengan una presencia activa todos los grandes hechos y acontecimientos del universo de la alimentación. Un lugar de encuentro, dirigido al cliente, profesional, al gourmand, al que busca información y consejo. Un lugar dónde, además, de poder comprar cualquier producto, se pueda participar en actividades, degustar lo que se va a llevar a casa o simplemente, pasear o tomar algo. Si les gustan las nuevas experiencias vayan a visitar estos fantásticos templos en los que la gastronomía tiene el papel principal.