Todos estaremos de acuerdo en afirmar que hay productos que tan sólo consumimos en determinadas épocas del año y no porque sean productos de temporada, sino porque la sociedad, por varios motivos, así lo ha establecido. Y en Crearmas nos preguntamos y ¿por qué? ¿Por qué limitar el consumo de turrón con lo bueno que está a un par de meses al año? ¿Por qué no degustar deliciosos helados durante todo el año? ¿Por qué la sangría tiene que ser una bebida consumida únicamente en verano?
El título de este artículo, La desestacionalización de los “productos de temporada”, deja muy clara nuestra postura pues creemos que si algo está bueno y se puede adquirir durante todo el año, ¿por qué limitar su consumo? Aún así, este título puede confundir a algún lector y por ello necesitamos dejar muy claro que en Crearmas estamos completamente a favor de la cocina de mercado, es decir, aquella que se rige por los productos de temporada pero eso no tiene nada que ver con el tema que nos ocupa hoy pues cuando hablamos de “productos de temporada” en este artículo, nos referimos a productos que consumimos en una época concreta del año como el turrón, los helados o la sangría. En ningún momento nos referimos a los alimentos que se consumen en función de su época de cosecha que por supuesto se limita a un período determinado del año y así debe ser. Aclarado este punto, procedemos a seguir con el artículo.
Con este artículo hemos decidido, además de reivindicar nuestra postura apoyar a todas esas compañías que luchan para que sus productos se consuman todo el año. Es el caso, por ejemplo de los Turrones Vicens. Estos maestros turroneros de Agramunt, transmiten la tradición turronera desde 1775 y generación tras generación elaboran sus productos de forma artesanal utilizando ingredientes naturales seleccionados especialmente para el buen paladar pero ven que sus esfuerzos son recompensados en una única temporada del año, en Navidad. Desde hace años su objetivo es que el turrón sea un producto que se consuma todo el año pues es un postre como cualquier otro y se puede comer cualquier día del año. De la misma forma que a lo largo del año compramos tabletas de chocolate, también podríamos comprar turrón y degustarlo de la misma forma o de muchas otras como por ejemplo un buen turrón de Jijona troceado encima de una bola de helado de vainilla. Les aseguramos que el resultado es exquisito.
Otro ejemplo de compañía que lucha para que su producto se consuma todo el año es Lolea. Lolea es el proyecto personal de unos amigos que querían compartir lo que les gusta y por eso crearon Lolea, una sangría artesana embotellada de gran calidad, elaborada con un buen vino y con ingredientes naturales. Estas Navidades, Lolea lanzó un sorteo en el que los participantes tenían que contar en su blog una receta en la que el toque Lolea fuera el ingrediente especial. El ganador del sorteo se llevó un Pack Lolea. Esta iniciativa se realizó con el objetivo de desvincular la concepción veraniega que se tiene de la sangría animando a llenar de alegría y espíritu Lolea la mesa durante las fiestas o en cualquier otra época del año. Por otro lado también fomentaban la creatividad gastronómica de los participantes, pues para mucho supondría un reto introducir sangría en sus creaciones culinarias. La sangría también apetece en los días soleados de otoño o primavera y en las épocas más frías tenemos la opción de utilizarla como ingrediente en nuestros guisos o a donde nos llegue nuestra imaginación.
De la misma forma que ocurre con el turrón y la sangría, también ocurre con otros productos, como por ejemplo el helado, aunque el caso de los helados no es tan extremo como el de la sangría o los turrones pues algunas personas los siguen consumiendo durante todo el año. Con lo buenos que están los helados y la mayoría de personas los relegan a una pequeña época del año, el verano. Tenemos que abrir los ojos y ver que el turrón y los helados son como cualquier otro postre y la sangría es como cualquier otra bebida ¿o no bebemos también en épocas frías, vino blanco o rosado bien fresquito? En definitiva, si tenemos productos buenos y que nos gustan ¿por qué limitar su consumo? Como ya hemos dicho incluso antes de empezar este artículo: desestacionalicemos los “productos de temporada”.