Dicen que cada año es el de la recuperación económica definitiva, pero loo cierto es que por una causa o por otra ésta parece que nunca acaba de llegar. El futuro está lleno de incertidumbres. ¿Qué podemos hacer frente a esta situación? Esperar a que algo cambie y el sistema se recupere o salir y hallar nuevas oportunidades. ¡Qué las hay!
Hace tanto tiempo que nos hablan de crisis que casi ya es imposible determinar en qué año empezó. Lo que sí que es fácil es recordar quiénes la han ahuyentado o, como mínimo, los que han logrado sobrevivir: los emprendedores.
No hay una receta mágica para emprender. Pero hay que tener una idea nueva, moderna e interesante. Tenerla y llevarla a cabo es la especialidad del emprendedor. El truco es encontrar nichos en el mercado y para hacerlo, necesitamos hibridar conocimiento. Es decir, mezclar aquello sobre lo que entendemos (economía, derecho, biología, ingeniería, geografía, deporte…) con nuevos conocimientos. Hay que hacer esfuerzos para establecer puentes y contar con socios multidisciplinares. Es cierto que para poder tener esta mente transversal hay que adaptarse, dominar competencias, habilidades y tener la capacidad para reinventarse profesionalmente. Pero para el emprendedor todo esto no representa un problema.
El emprendedor es la persona que además de contar con una idea cuenta con una carga extrema de optimismo, ilusión y motivación. Gracias a esta potencia y energía consigue llevar a cabo sus objetivos. Pero, ¿son personas extrañas, con inquietudes nunca entendidas y obsesiones intolerables? Lógicamente se trata de personas completamente corrientes. Eso sí, se aferran a una idea y no quedan satisfechos hasta realizarla. De hecho, esta actitud es precisamente la que les ayuda. Tener fe en uno mismo, buscar retos, probar, probar y probar es el camino. La dirección correcta es la de buscar metas cada vez más altas y para un emprendedor esto es parte de su ADN.
El día a día nos demuestra que el mundo necesita dar un vuelco. Les toca a los emprendedores querer cambiarlo con sus ideas. Seguramente tendrán que construir un proyecto de cero y rehacerlo infinidad de veces. Los nuevos empresarios no sólo destacan individualmente sino que tienen un reto aún mayor, generar nuevos escenarios con perspectivas transgresoras. Con su trabajo tienen la capacidad de tomar las riendas y crear beneficios reales para la sociedad. Los jóvenes deben sumarse a la tarea de generar empleos para los propios jóvenes. La fiebre de la emprendeduría tiene que extenderse para que llegue a toda la población y que los más jóvenes tengan conciencia que es algo inmediato a ellos.
Gran cantidad de especialistas aseguran que para lograr un mayor desarrollo económico a largo plazo son vitales los empresarios emprendedores que generen empleos y valor agregados mediante la creación de nuevos productos. Las naciones conseguirán más o menos desarrollo en función de su apuesta por los emprendedores. Por lo tanto, en un contexto complicado, como el actual, los nuevos empresarios tienen que posicionarse para liderar. El pasado nos demuestra que seguir como hasta ahora es “pan para hoy y hambre para mañana”. Es vital un cambio de conciencia. Una nueva actitud a partir de la que no parezca imposible hacer realidad los sueños. Con el liderazgo y la ilusión se tienen que crear fisuras en las estructuras clásicas y empezar una nueva era.
El siglo XXI es el de los valientes. Es el momento para aprender de los errores y no volver a tropezar con la misma piedra. Con más o menos aciertos hay que intentarlo. El éxito no se consigue solo con conocimiento, hay que creer en los proyectos y sobretodo arriesgar. Y si se producen errores será la ocasión para traducirlo en experiencias. Aunque parezca contradictorio también es bueno cometer errores, para encontrar la forma de superarlos y ver que se pueden mantener los proyectos. El dicho lo dice, el tiempo pone cada uno en su lugar. Quién sabe si en el futuro los emprendedores tomarán los platós de televisión y serán diariamente los protagonistas de la actualidad informativa. Lo que es seguro es que dejarán huella y que serán los encargados de escribir un nuevo capítulo de nuestra historia, porque en definitiva, ellos son los líderes del siglo XXI.